Veritas Et Scientia
Vol. 12. N° 2
Julio – Diciembre del 2023
ISSN Edición Online:
2617-0639
https://doi.org/10.47796/ves.v12i02.875
ARTÍCULO ORIGINAL
La reincorporación
de Tacna desde la óptica de El Pacífico en 1929
The reincorporation of Tacna from the
perspective of The Pacific in 1929
Abelardo Máximo Chura Bárcena[1]
Universidad Nacional Jorge
Basadre Grohmann
https://orcid.org/0000-0002-7914-8141
Recibido: 25/11/2023
Aceptado: 27/12/2023
Publicado online: 29/12/2023
RESUMEN
Palabras clave: Prensa Escrita, Guerra del Pacífico, Reincorporación de Tacna,
Periódico El Pacífico
ABSTRACT
The article addresses the analysis of the
newspaper El Pacífico, focusing on the
processes of conflict, occupation, and reincorporation of Tacna. We aim to
understand how this medium has approached political opinions both from the past
and the present. To achieve this, we use tools such as hermeneutics and
heuristic, conducting a detailed study of the content and discursive
characteristics of the newspaper. We utilize newspaper archives from Tacna and
Arica corresponding to the year 1929, marked by the Reincorporation of Tacna.
This analysis significantly contributes to the academic field by offering a
better understanding of the written press in Tacna and its discourses, allowing
us to also contextualize various opinions in the current landscape.
Keywords: Written Press,
War of the Pacific, Reinstatement of Tacna, Newspaper El Pacífico
INTRODUCCIÓN
La historia, como
disciplina, se nutre de fuentes diversas para construir una narrativa que nos
permita comprender el pasado y, por ende, el presente. En este contexto, la
prensa escrita se erige como una fuente invaluable para los estudios históricos
contemporáneos, especialmente cuando se aborda un episodio crucial como el
conflicto del pacífico y su “resolución” en 1929.
El siglo XX
presenció la transformación de la prensa escrita en una herramienta vital para
el desarrollo de la historiografía. La diversidad de producciones periodísticas
alcanzó su apogeo, convirtiéndose en un reflejo palpable de las dinámicas
sociales, políticas y económicas de la época. Los periódicos, no solo se
erigieron como meros testigos, sino como actores políticos que contribuyeron a
la construcción de la realidad y la memoria colectiva.
La prensa
escrita, específicamente El Pacífico, se muestra como una fuente
documental rica y compleja que no solo narra los acontecimientos, sino que
también revela las percepciones, valores y tensiones de la sociedad de ese
momento. Los periódicos, como agentes activos en la configuración de la opinión
pública, ofrecen una ventana única para entender cómo se articulaban las
posturas ideológicas, los procesos diplomáticos y los cambios culturales
durante este periodo de transición. En el conflicto postbélico,
la prensa asume roles diversos. La labor periodística de este diario no solo
refleja la posición oficial chilena sino también ilumina las complejidades de
la realidad tacneña, revelando la dualidad de sentimientos entre la celebración
de la paz y la nostalgia por la pérdida de soberanía.
El estudio de los
titulares y contenidos de El Pacífico durante 1929 revela una estrategia
editorial, la selección y presentación de noticias resalta un discurso de
unidad y confraternidad. Además, la despedida del periódico marca
simbólicamente el fin de una era. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿cómo
se muestra el discurso del periódico El Pacífico en el proceso de
reincorporación de Tacna en 1929?
Por ello, nuestro
objetivo es describir el discurso del periódico El Pacífico en el
proceso de reincorporación de Tacna en 1929, no solo nos limitamos a observar
el relato de los hechos, sino que también exploramos las dinámicas sociales
subyacentes. El Pacífico se despide de Tacna, su llegada a Arica
simboliza la continuidad de un proceso histórico que va más allá de las
fronteras geográficas. La prensa escrita emerge, así como un elemento clave
para la reconstrucción e interpretación de los sucesos históricos, brindando no
solo datos cronológicos sino también una comprensión profunda de las
complejidades de la memoria colectiva. Este periódico contribuyó activamente a
la construcción del pensamiento en un periodo de transformación y
reconciliación.
Reflexiones a la coyuntura del Conflicto del Pacífico
Antes de comenzar
a explicar las razones por las que nos entroneramos al análisis del diario El
Pacífico de 1929, debemos entender, como en todo estudio histórico, las
coyunturas.
El hecho
histórico no puede ser llevado de forma individual, sino que está acompañado de
eventos que corresponden a la estructura mundial en la que se desenvuelve cada
sociedad, este evento que dio pie a un fuerte espacio de lucha sur continental
al que nos referimos es a la Guerra del Pacífico, también denominada Guerra del
Guano y del Salitre, entre los Países de Bolivia y Perú contra Chile, y que al
“final” por el Tratado de Ancón ratificado y canjeado el 28 de marzo de 1884 se
dispone que “…el territorio de las provincias de Tacna y Arica permanecerá
ocupado por Chile "y sujeto a la legislación y autoridades chilenas",
hasta diez años después de la ratificación del tratado, transcurridos los
cuales tendría que efectuarse un plebiscito” (Pons Muzzo,
1999, p. 33) así dicho conflicto dejó a las ciudades sureñas como remanente un
lugar de ocupación o “cautiverio”, con una serie de disputas de toda índole. El
impacto económico, o el tratamiento de la guerra, son casos en donde la historiografía
local y nacional se han ocupado.
Sin embargo, para
efectos del presente trabajo, debemos aproximarnos a la descripción del
conflicto que dio lugar a la toma de la ciudad de Tacna, el proceso de la misma
toma y por último la reincorporación en la ciudad; esta sumaria narrativa nos
dará un contexto para aproximarnos en los siguientes párrafos al análisis del diario
El Pacífico.
Bolivia, bajo el
mandato del presidente Hilarión Daza se encontraba en una crisis económica; esta,
en alguna medida, llevó a que se estableciera un impuesto que se gravaba bajo
el producto de las operaciones de la compañía “Nitrates
and Railway Company of Antofagasta” que
conformaba un importante capital chileno e inglés. Este acto se consideró una
infracción para el tratado de límites que firmasen Bolivia y Chile hacia el año
1874, ante esta situación se realizó la ocupación de Antofagasta en 1879, se
menciona que aquella ciudad no opuso resistencia frente a dicha ocupación, por
ser en su mayoría de nacionalidad chilena. Ante esta intervención, Bolivia
buscó garantizar la aplicación del tratado de defensa mutua de 1873,
presionando a Perú para que ratificara la alianza. Mientras tanto, Chile
aspiraba a la neutralidad peruana. Sin embargo, los esfuerzos diplomáticos se
estancaron, y en marzo de 1879, Bolivia declaró la guerra a Chile, este último
reaccionó capturando Calama.
“Conforme
con sus declaraciones al diario “El Mercurio”, Chile explicaría la
historia de sus límites con su vecino altiplánico desde 1842 hasta el inicio del
referido conflicto bélico, para así justificar el inicio de la guerra a base
del incumplimiento boliviano, en 1878, de un tratado bilateral firmado cuatro
años antes, en 1874 …de acuerdo con la versión oficial chilena de la Guerra del
Pacífico, dicha contravención habría precipitado su estallido pocos meses
después, el 14 de febrero de 1879, cuando sus fuerzas militares desembarcaron
en Antofagasta y ocuparon Atacama, la entonces provincia litoral boliviana…”
(Parodi Revoredo, 2018, p. 124).
La tensión diplomática entre Perú y Bolivia era un asunto que se
tornaba cada vez más en una olla a presión. La población peruana, como más
adelante apuntaremos, instaba a tomar alguna parte en los sucesos en la zona
sur de américa. La presión interna obligó al presidente chileno, Pinto, a
declarar la guerra como medida de supervivencia y para garantizar el suministro
de salitre. El 3 de abril de 1879, el Congreso chileno autorizó la guerra
contra Perú, justificándola como esencial para la estabilidad económica y la "gloria
nacional".
“…se
explicita que la violación del tratado de 1874, por el impuesto al salitre
exportable por el puerto de Antofagasta, decretado por el presidente de Bolivia
Hilarión Daza, desencadenó el conflicto y que, respecto del Perú, no le quedó
otra alternativa a Chile que abrirle también hostilidades el 5 de abril de
1879, pues el día anterior el vecino había advertido que se encontraba en
“estado de guerra” (Parodi Revoredo, 2018, p. 125).
Mc-Evoy & Cid (2023) narran que, en
Perú, el diplomático boliviano Serapio Reyes conminaba, junto a un ambiente que
propiciaba el ir a la guerra, al gobierno de Prado a ratificar la alianza con
Bolivia. Aunque se cuestionaban las reivindicaciones territoriales y la actitud
chilena, Perú se vio obligado a declarar la guerra, encontrando respaldo en la
confianza de la opinión pública en la victoria:
Tras
cuestionar la “doctrina absurda” de las reivindicaciones territoriales y la
actitud chilena de declarar la guerra “al amigo que trata de cortar la
discordia”, el periódico oficial El Peruano reconoció que Perú debía cumplir
“un papel digno de la civilización” y defender el derecho internacional en el
continente, aunque esto supusiera asumir el alto costo de la guerra. En ese
escenario, el gobierno peruano no tenía más alternativa que declarar la guerra
a Chile. Como aseguró el abogado y periodista colombiano Ricardo Becerra a
Piérola en una carta: “La opinión pública arrastrará a Prado a la guerra o lo
derribará” (La Guerra del Pacífico [e-Book]).
Tras la declaración
de guerra, Prado expulsó a los ciudadanos chilenos del país. Los países aliados
acordaron movilizar tropas, comprometiéndose Bolivia a indemnizar a Perú y
permitir la imposición de gravámenes a mercancías bolivianas y exportaciones de
salitre para compensar los gastos de guerra.
Al respecto,
Barros Arana (1880) narraba la situación que vivieron las poblaciones en el conflicto,
más aún en el lado chileno dada la expulsión de dichos ciudadanos:
“En
esos dias el pueblo de Lima se reunia
en meetings bulliciosos en que se hablaba de Chile con el mas soberano
desprecio, se agolpaba a las puertas del palacio i pedia
que el presidente de la república hiciese oir su voz.
«Chile quiere la guerra, decia el presidente en una reunion popular que se efectuó en la estacion
de un ferrocarril; pues bien! … pocos dias mas tarde llegó a Lima la noticia de las primeras
hostilidades ejecutadas por la escuadra chilena, de que hablaremos más
adelante, la ajitacion popular tomó en Lima un
carácter alarmante. El presidente volvió a dirijirse
al pueblo por otra proclama en que repetia sus
amenazas con mayor ardor. Confiad, compatriotas, decia
el 8 de abril, en que la hora de las represalias por nuestra parte, i de la espiacion de los chilenos, no se hará esperar mucho tiempo,
i que me vereis siempre en el puesto de mayor
peligro. El populacho no estaba dispuesto a tranquilizarse con estas promesas.
En las tumultuosas asonadas que tenian lugar cada
noche en las puertas mismas del palacio, pedian con
gritos amenazadores la espulsion de todos los
chilenos del territorio peruano. El gobierno no pudo resistir por largo tiempo
a esta exijencia; i por decretos de 15 i 17 de abril
decretó esa espulsion que debía llevarse a efecto en
el perentorio término de ocho días. Aun este plazo fué
reducido a solo dos dias en algunos puntos i en
diversos lugares del litoral a solo dos o tres horas, con la particularidad de
que no habiendo en algunos de ellos buques en que embarcarse, esos infelices
tuvieron que emprender el viaje a pié por los
estériles i abrasadores arenales de la costa. Se comprenderá mejor la dureza de
estas medidas cuando se sepa que los chilenos que esplotaban
alguna industria o trabajaban como obreros en el Perú, formaban una población
de cerca de cuarenta mil almas, comprendidos los ancianos, los niños i las
mujeres”
La guerra,
originada por la crisis del salitre, carecía de la preparación adecuada por
parte de los Estados involucrados. Friedrich von Gülich,
un diplomático alemán, anticipó que la disputa original por el salitre se
transformaría en una lucha por la supremacía en la costa occidental de
Sudamérica. Este conflicto, iniciado con la ocupación de Antofagasta, adquirió
dimensiones inesperadas con consecuencias históricas duraderas para Chile,
Bolivia y Perú.
«Como
presagió con aguda lucidez Friedrich von Gülich,
diplomático alemán instalado en Santiago, al informar sobre el estallido de la
guerra, “de la disputa, originariamente por el salitre entre Chile y Bolivia,
surge ahora gradualmente, como parece, una lucha por la supremacía sobre la
costa occidental de Sudamérica”» (Mc Evoy & Cid,
2023).
Dicho esto, la
guerra tuvo un desenlace atroz para todos los países involucrados; su población
debería, más aún las fronterizas, dar cara a un proceso muchísimo más complejo
con el paso de los años, los caminos económicos que se describían a inicios
antes de los fraccionamientos diplomáticos y del cambio geopolítico,
presentarían un gran reto para la recuperación económica. Perú perdió la
guerra, su coste serían Tarapacá, Arica y Tacna en el tratado de Ancón
ratificado en 1884. Los intereses, muchas veces revestidos de patriotismo,
escapan a los intereses del pueblo o pueblos de los países involucrados.
Al respecto, y
haciendo énfasis en la situación peruana, Heraclio Bonilla (1984) menciona la
problemática económica del país como una especie de corte del potencial de las
clases dominantes que generaron su colapso material, político y moral,
relegándolos a la subordinación capitalista internacional, dando como resultado
que “[e]sta será cada vez más burguesa a condición de
ser cada vez menos nacional” (p. 159). Esta insinuación resulta interesante,
especialmente al considerar que Tacna, y en particular “las poblaciones”, experimentaron
la ocupación de maneras distintas. Y es que, si narrábamos los picos que dieron
origen a la guerra, así como describir algunos aspectos relativos a su
demarcación, sucede que la ocupación tuvo también los mismos matices. Al
respecto, Choque Alanoca (1998),
citando a Nelson Manrique, narra la posición que tuvieron las clases altas para
la solución del conflicto, en torno a quienes pudieron tomar la decisión más
que por una razón de paz social, fue por una paz asomada a los intereses
económicos.
Situamos esto
último en torno al cierre del conflicto para dar paso al proceso de ocupación, de
cara a entender que este mismo no fue llevado por todos con símil recuerdo,
sino que su posición socioeconómica aguardaba aún muchos caminos vertiginosos. Cuestiones
como la migración de los pueblos dentro o fuera de las dos Tacna, una “Tacna
Libre” y una “Tacna Ocupada” (2015) o el refugio en Perú, esperamos sean
abordadas en próximos trabajos que cooperen al esclarecimiento de la conjetura
de una futura frontera.
Culminado
entonces el conflicto para los países, las cuestiones pendientes llevarían a un
arduo proceso de cara al esclarecimiento de las provincias ocupadas. La “chilenización” tomada como proceso durante la ocupación
daría pie al sentimiento de “cautiverio” de cuyo espacio también se centrará en
dos partes, dos fases en torno a la coyuntura del tratado de Ancón: una Chilenización pacífica, y otra violenta, posterior al
vencer el plazo para el plebiscito acuñado en el tratado. En ese tránsito, la
prensa motivó como un importante motor de formación a la sociedad dada en Arica
y en Tacna.
Basadre (2005)
narraba la situación durante la ocupación en Tacna y Arica. En primer término,
nos narraba la expulsión de los sacerdotes, personalidades que buscaron en los
juzgados su permanencia, pero que fueren de alguna u otra manera vetados de
nuestras ciudades, así mismo se evidencian los agravios a la prensa peruana, se
explica que en un determinado punto se asediaron “(…) las imprentas que
publicaban los dos diarios peruanos La Voz del Sur y El Tacora
situadas a muy pocas cuadras del cuartel de policía (…) No queremos más
panfletos, Ni Freyres, Ni Barretos” fue lo que se observó, narraban, en uno de
los “cartelones” (p. 41). Además, nos cuenta de un asedio al “Club de la Unión”,
y sobre este punto, Cavagnaro (2011) señala que,
luego de el “asalto” a los diarios peruanos editados en Tacna, durante una hora
y media, los destrozos en dicha institución marcaron un hito para una de las
instituciones donde se mantenía una “peruanidad” y en cuyo ensañamiento se
batieron símbolos de vital importancia como el cuadro del Maestro Vigil. Según el historiador de Tacna, el club no tuvo
oportunidad alguna de impedir estos actos porque las autoridades de turno
habrían “propiciado” estos actos, ya que “(…) meses después el general chileno
Vicente del Solar notificaba prepotentemente al administrador del
establecimiento para que clausurase sus puertas. Se consumaba así una medida
que a todas luces resultaba injustificable” (p. 30) y que, por tanto, sumaba
así el retrato de aquellos momentos violentos durante dicha chilenización.
Gerardo Vargas
Hurtado (2014), intelectual ariqueño que vivió en los tiempos del conflicto,
nos comenta sobre la chilenización desde la
perspectiva del trabajo en la prensa. De hecho, el texto al que citamos para
estas líneas fue producto de un trabajo publicado a petición del diario El
Tiempo de Lima, donde se señalaba que a nuestro conflicto se le denominaba como
el “debate eterno” y que “(m)uchos cientos de vidas
ha costado el triunfo de la chilenización, número
considerablemente aumentado con ocasión del plebiscito; la prensa nacional se
encargó de divulgarles” (p. 45). Más adelante apunta al sentimiento generado
por el tiempo de Arica y Tacna como “cautividad” pues su “peruanidad” siempre
fue un conflicto en aquellos tiempos, cierra sus líneas reivindicando el rol de
la prensa como un aparato difusor para que el mundo se entere de lo sucedido en
estas ciudades, y como un aparato motivador de cara a los nuevos cambios, pues
ellos —desde su sentimiento ariqueño— han perdido la esperanza de ver de nuevo
el pabellón rojiblanco sobre el “peñón de Bolognesi”.
Estos actos nos
llevan a comprender mejor lo que Grover Pango (2023)
nos comparte sobre el “Cautiverio” como concepto que engloba aquellos años
antes de la firma del Tratado de Lima, en donde se buscaba el “aceptar” y
“adoptar” la nacionalidad chilena, en cuyo caso se le dice a la etapa histórica
donde “(…) El medio siglo de presencia chilena y resistencia peruana ha venido
en llamarse el cautiverio” (p. 154). Tomando
en cuenta esto último, podemos comprender hacia dónde se iba depositando el
pensamiento de las sociedades tacneñas en el tiempo respecto del proceso de
ocupación, frente a esto, nos queda por acuñar lo esbozado en la misma
reincorporación.
Cuando nos
centramos en la reincorporación, de alguna manera ingresamos a un nuevo mundo
para Tacna como ciudad, que deja atrás un momento desagradable para su historia
para dar paso a la remembranza de quienes participaron en la Guerra Del
Pacífico, o como en aquellos que se
esforzaron por sostener lo peruano durante el proceso de ocupación; debido a
esto es que hemos tomado, como más adelante veremos, al diario El Pacífico,
más aun siendo un diario de corte chileno que evoca profunda preocupación,
centrando esfuerzos en el último año de operación en Tacna en “La solución al
conflicto del Pacífico”.
La
“Reincorporación de Tacna” es más que solo el 28 de agosto de 1929, en realidad
corresponde a todo un proceso (en adelante detallaremos mucho más lo hallado en
aquel año desde la óptica de El Pacífico); sin embargo, para ingresar a
esta coyuntura, vamos a precisar dos ideas. Se menciona que la entrega de Tacna
significaba un signo de reparación y justicia en donde la palabra “concordia”
delimitaría el inicio de las relaciones en esa Tacna reincorporada, una ciudad
que perfilaba sus actividades hacia el comercio de forma complementaria (Cavagnaro Orellana, 2016, p. 14) ante esa situación, la representación en
Tacna del Perú debía impulsarse desde la implementación de la estructura
“Estado”, esto en alguna medida constituye el reingreso al “orden” y que como
tal obedece a los intereses nacionales y más aún, como había quedado claro en
el trazo diplomático del conflicto, internacionales. (Panty Neyra,
2019, pp. 36-37)
Sobre el
conflicto del pacífico, que perdura aún en espacios críticos y remanentes, aún
se esbozan preguntas respecto del pasado y sobre algunos asuntos pendientes en
el futuro. Pero corresponde a nuestro oficio el mostrar evidencias que acoten a
ese proceso de reincorporación; indudablemente, las fuentes que más se han
involucrado a todo ello ha sido la prensa, y de ella nos ocuparemos en el
siguiente apartado.
La prensa escrita y su importancia como fuente histórica
Una forma de
aproximarnos al estudio histórico, que proporcione características loables de
un sistema, un orden, diversidad de discursos o discursos bien enfatizados, así
como la oportunidad de hallar físicamente su existencia, se encuentra en la
prensa escrita.
Esta fuente de
carácter documental, diversa, impresa, pública y de masas, ha sido una de las
principales herramientas en el desarrollo de la historiografía peruana, más aún
en aquella que versa sobre estudios del siglo XX, en cuyo caso la variedad de
producciones alcanza auge. No solo a nivel nacional sino internacional, servirá
para distintos propósitos.
La prensa
escrita, concreta en los periódicos, abre una puerta desde el estudio a las
publicaciones periódicas, la hemerografía. Sin
embargo, no solo se dará por periódicos, hoy podemos dilucidar que inclusive el
estudio a través de revisiones sistemáticas es también una derivación de las
técnicas hemerográficas, pues esta se encarga de
conceptuar a todo aquel conjunto de documentos correlacionados por un orden
cronológico, en cuyos caracteres por acción humana guardan también un orden
cohesivo dada la naturaleza de los contenidos que se pretenden perdurar.
La prensa
escrita, desde un enfoque metodológico a la investigación científica, se
presenta como una herramienta significativa al permitir contextualizar al
investigador de cualquier disciplina científica o técnica respecto de un
momento en específico. Además, desde el campo de la investigación cualitativa,
en donde se cuestiona en gran mayoría la “objetividad”, como es el caso de la
Historia y los reparos a su cientificidad, permite que, por ejemplo, al proceso
de triangulación sumemos un aporte que coopere a la verificación o uso de
pistas para otros datos obtenidos en la recopilación, además de dotar como
fuente en sí misma un apoyo al análisis de dicha información obtenida.
La prensa escrita
ha sido relegada en alguna medida por la historia tradicional, sin embargo, en
los tiempos actuales, es de vital importancia para los estudios históricos
contemporáneos pues esta conllevó a la politización de la vida social, coopera
al análisis histórico, semiótico o hermenéutico, al contener discursos,
opiniones, creencias y valores, por ejemplo en el siglo XIX se tornaba en una
arma a través de la palabra donde “..se enfrentaban conservadores y liberales,
republicanos y monárquicos; había prensa católica, obrera, literaria,
científica, obviamente política, sin olvidar los periódicos oficiales que
incluían gran información en materia legislativa” (Terán Fuentes, 2014, p. 43).
En efecto, es
importante mencionar que la prensa escrita tiene un carácter altamente influenciado.
Panty Neyra (2001) menciona que “la comunicación es
siempre intencional. No hay comunicación neutral” y esto se debe a que la
humanidad siempre busca una respuesta, el estímulo a una conducta y el generar
una actitud (p. 34). De tal manera que podemos atribuirle ciertas
características para su reflexión, pues se basa en un testimonio diario (en
varios casos), testimonios coetáneos de la vida política, socio-económica y
cultural; sin embargo, siempre está supeditada a una visión parcial de los
hechos, logrando dilucidar en su curso tendencias propagandísticas (Arroyo
Vázquez, 2004, p. 436).
Por tanto, hay
que comprender que, respecto de esas características existentes, el estudio de
la prensa escrita, hacia su análisis en la investigación social, corresponde a
manejar una especie de “método”; no hablaremos de nuestra metodología para el
análisis, sino que expresaremos desde lo planteado por Acevedo & Villabona (2020) en el uso o entendimiento de los “frames” como instrumentos mentales que encasillan y definen
a los objetos y procesos a nuestro alrededor, y es que:
“(…)
los marcos encasillan y designan los distintos contextos de la realidad y sus
interpretaciones en los distintos momentos realizadas por distintos sujetos.
Por tanto, y de acuerdo con la cercanía o conocimiento, una noticia puede
afectar o interesar, de la misma forma que estos marcos se pueden transformar
de acuerdo con el contexto y los conocimientos que se posean” (p. 353).
Además, estos autores
afirman el rol del periodista en la construcción de una realidad, la
construcción de la noticia sobre el acontecer, de manera que cada frame contendrá una narrativa y, por tanto,
ese encasillamiento permite el asumir posturas para un posible debate de ideas;
así mismo, prolifera el conocimiento, o un conocimiento, respecto de un lugar a
otro, como el caso de la capital a la provincia. Inclusive que, a la aparición
de la radio, el contenido, obviamente por la diferencia de canal, se usaba como
un medio difusor de lo escrito; la prensa radial como divulgador de la prensa
escrita, la prensa escrita que debe ser analizada en sus editoriales, columnas,
caricaturas, los titulares, las imágenes. Es claro que el producto que reposa
en las manos del lector fue estratégicamente pensado para la comunicación, por
tanto, denominar a esa acción en su producto desde un estudio como frame puede permitir el armado de esquemas para el
análisis o el apoyo a otras formas de análisis, como en el análisis del
contenido.
Habiendo atendido
aquello, si nos referimos a la prensa escrita como una fuente histórica,
buscamos entonces sumar a la reconstrucción e interpretación de los sucesos
históricos, su uso permite evidenciar un “hecho”, permite acercarnos en alguna
medida desde su soporte físico al análisis desde la posición, nos lleva a ser
cautelosos con los discursos que en ella reposaren, nos conmina a ser juiciosos
para su selección en aras de la reedificación histórica, teniendo siempre en
cuenta que la búsqueda de la objetividad estará demarcada en alguna medida por
subjetividades, pero que cooperarán a las reflexiones.
En ese punto
encontramos, por ejemplo, como describe Gil Pérez (2022), que la reconstrucción
del pasado, más aún desde los periódicos, es centrarnos bien en los periodos; es
decir, someternos al espacio-tiempo que regenta a la fuente, al que nos sitúa
en su momento. Este autor expresa que “(…) abordar la prensa como fuente
también requiere claridad en los periodos a los que corresponde un diario” (p.
148); menciona también, a modo ejemplo, que no será lo mismo ver la prensa
escrita del siglo XIX en contraste a la prensa escrita del siglo XX, la
diferencia de producción, la diferencia de lectores, la diferencia de
redactores, todo ello influirá para la comprensión del periódico. Así mismo
propone, y adoptamos en alguna medida dicha propuesta, que la prensa, escrita
en nuestro caso, es una fuente primaria, por situarse en el momento y que debe
ser analizada junto al marco político y social (aquí también diríamos personal
tratándose de los editores y su influencia); propone que la prensa escrita,
como objeto de estudio se convierte en un centro de la investigación, sumado a
las características que líneas arriba ya hemos descrito; y por último se
propone al periódico como actor político pues influye en la sociedad, persuade,
legitima, cuestiona y construye así, colectiva o personalmente, ideas.
La comprensión de
la importancia de la prensa escrita ha llevado a la necesidad de tomarla
inclusive como un elemento para el desarrollo del pensamiento histórico, desde
el examinar las fuentes para explicaciones históricas fiables logrando la
participación, la interacción de estudiantes en todo nivel de educación, los
periódicos al ser una fuente primaria, nos permite lograr ello, nos conmina a
tener que corresponder en su estudio una apreciación crítica, sea basada en
nuestro tiempo o en el tiempo en que se desprende la información, de allí que
se propongan estrategias como la del “Laboratorio histórico” (Álvarez
Sepúlveda, 2023) en donde los estudiantes tienen la oportunidad de analizar
fuentes históricas y crear narrativas sobre el pasado, lo que les permite
desarrollar habilidades de análisis, interpretación y producción de
conocimiento histórico.
La prensa escrita y el conflicto hacia El Pacífico
Aunque las
“fuentes hemerográficas suelen proyectar un prejuicio
ideológico, dada la baja confiabilidad que exhiben tanto los diarios nacionales
como los periódicos que en el campo político expresan intereses particulares”
(Melgar Bao, 2011, p. 81), para nuestro caso es
importante que El Pacífico fuere de influencia demarcada en la postura
post guerra. Vemos entonces que la importancia de la prensa no solo se sujeta,
al momento de estudiarla, en la búsqueda de su objetividad, sino como se
advertía en la suma de las subjetividades, es que se afirma como un
conocimiento valioso.
En líneas
posteriores procederemos a describir las posiciones sobre la prensa escrita en
el conflicto. Esto debido a que, si en la coyuntura expresábamos lo referido a
la Guerra del Pacífico, la Ocupación de Tacna y la significancia de la
Reincorporación de Tacna, dicha coyuntura fuere producida como conocimiento
histórico, sino en su mayoría durante el siglo XX, y es, por tanto,
historiografía nutrida desde la prensa escrita como fuente primaria, además de
otras fuentes documentales que obran en sus referencias.
Precisamente, Mc Evoy & Cid (2023) narran el rol de los periódicos como
una expresión de “guerra impresa”, ya que estos juegan un rol importantísimo
que iba más allá de informar, pues motivaban el patriotismo y organizaban
diferentes valores, esas expresiones afirmaban que la posición de cada estado
era la correcta, por medio de expresiones caricaturescas se pretendía resaltar
estereotipos de cada población. Otro aporte importantísimo es el que se habla
de los diplomáticos, el curso de ellos en la guerra, y cómo no la figura de los
corresponsales de guerra. En gran cuenta esto se hacía referencia a diarios
capitales, con una incidencia nacional.
Tabla
1 Periódicos
según tendencia de propaganda nacional durante la Guerra del Pacífico
(1879-1883) |
|
Perú |
Chile |
El Espolón del Huáscar |
El Ferrocarril |
La Opinión Nacional |
El Mercurio |
El Comercio |
La Actualidad |
El Peruano |
La Situación |
El Nacional |
El Diario Oficial |
La Patria de Lima |
El Ferrocarrilito |
El Murciélago |
El Nuevo Ferrocarril |
¾ |
El Heraldo |
¾ |
La Patria de Valparaíso |
Nota. Los periódicos fueron extraídos del relato
de Carmen Mc Evoy y Gabriel Cid en el texto La
Guerra del Pacífico (1879-1883) de la serie Historias Mínimas del IEP (2023).
En dicho relato, la exposición de cada periódico se relaciona con una
característica de la época. |
Por otro lado,
respecto de la prensa local tacneña, iniciada la ocupación comienza una labor peruanista, con el objetivo de mantener el nacionalismo
vivo de cara a la ansiada reincorporación, dicha labor fue más educativa y
divulgadora desde las situaciones durante la campaña plebiscitaria, la prensa
se intensificó, con algunos periódicos vinculados a delegaciones legales y
otros operando en secreto (Choque Alanoca, 2015, p.
153).
Tabla 2 Periódicos según "La actividad
periodística local" |
|
Periódico |
Año(s) |
La Bolsa Mercantil |
1882 |
La Revista Comercial |
1882 |
El Tacneño (Primera Edición) |
1886 |
El Tacora |
1883-1911 |
El Caplina |
1884-1887 |
El Progresista |
1886-1891 |
La Voz del Sur |
1893/1900-1911 |
El Tacneño (Segunda Edición) |
1895-1899 |
El Faro |
Desde 1895 |
El Pacífico |
1901 – 1929 |
El Heraldo |
1915-1917 |
Justicia |
1926 |
Nota. Tabla elaborada con la información de los
textos Historia de Tacna de Efraín Choque Alanoca
(2015) y el texto Historia de la Prensa en Tacna de Oscar Panty Neyra (1999). |
Chile, que sabía
de lo importante que era mantener una línea editorial para comunicar sus
intenciones o deseos, lanzó diarios acordes a su ideología. Uno de ellos fue El
Pacífico que tuvo, desde su inicio, una marcada posición. En su portada de
primer número publicado se observa bajo su nombre “Órgano de los intereses de
Chile” (Ver imagen 1) sobre esto comenta Oscar Panty (1999) que “…fue creado
para implementar la política chilenizadora en toda su
extensión, sin reparos, sin disimulos, directo a arrasar con toda manifestación
peruanista por más cautelosa que fuese…” (p. 66).
Imagen 1 Portada del diario El Pacífico de 1901 en
donde se aprecia bajo su nombre la frase "ORGANO DE LOS INTERESES
CHILENOS" |
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Nota. Fotografía del primer número del periódico de fecha 19 de noviembre
de 1901del Archivo Histórico Vicente Dagnino – Arica. |
“El diario El
Pacífico, creado en 1901 en reemplazo de El Norte y que, dependiendo
del punto de vista historiográfico, representó en Tacna la «desperuanización»
o la modernización de esa industria” (Pizarro Pizarro
& Soto Lara, 2020, p. 81) en efecto se puede reconocer que lo descrito por
la historiografía, desde hace párrafos arriba, corresponde a demostrar todo lo
que significó su implementación en el camino hacia “los intereses de chile”.
Por ello es que,
en el siguiente apartado, comentaremos el contenido de dicho diario que, aunque
fuera llevado desde su inicio para “el trabajo de las autoridades chilenas en
pro de los intereses nacionales en Tacna y Arica” (Díaz Aguad & Pizarro Pizarro, 2004, p. 33) denotaría cambios en su discurso.
METODOLOGÍA
Para este
artículo se adoptaron enfoques metodológicos complementarios para abordar la
investigación de manera integral, bajo la estructura de un diseño cualitativo,
longitudinal y priorizando la narrativa histórica.
Se empleó la hermenéutica, como método y técnica en el análisis de la
literatura académica, así como libros o textos que aborden las problemáticas de
la época. También se utilizó la heurística, para abordar algunos aspectos
referidos a la teoría desde la hermenéutica.
La búsqueda documental, por medio de la hemerografía,
constó en recopilar la información del Archivo regional de Tacna y del Archivo
Vicente Dagnino de Arica, logrando capturar fotográficamente o transcribir en
un cuaderno de campo lo referido al periódico El Pacífico.
RESULTADOS
Discursos de El Pacífico en 1929 en el proceso de
reincorporación de Tacna
Los encuentros
diplomáticos en Perú y Chile, así como los acuerdos dados en las capitales de
los países, mostraban la labor de una reconstrucción hacia la paz. En tanto, la
ciudad de Tacna también definía sus comportamientos en una ligera variedad de
contrastes; ya para aquel año, era entendible que Arica era Chile y Tacna el
Perú. Esto sin duda no dejó que las sociedades, ambos pueblos, pudieran
mantener las relaciones entre familias y comercio.
En ese breve
contexto se dieron hechos interesantes, lo que deslindaremos cita al año 1929,
desde aquello que describiera el periódico El Pacífico como apuntábamos
de corte chileno, en Tacna destacaron El Tacora
y La Voz del Sur y, en Arica El morro de Arica ello por el lado
peruano, y en este caso El Pacífico sería el periódico que acompañaría a
Tacna desde esa fecha hasta su reincorporación.
Tomamos las
acciones diplomáticas para el presente trabajo, sin embargo, quedarían
pendientes en otros análisis aspectos como la vida social, los actos
protocolares y acciones económicas en Tacna.
El primer número
que analizamos en el Archivo Regional de Tacna, parte del 22 de febrero de
1929, en dicho número se expresa todas las negociaciones que hubieren dado lugar
en torno al Conflicto Del Pacífico, sus titulares, la forma en la que aparece
cada oración devela los contenidos que se quieren trabajar.
Imagen 2 Portada del 22 de febrero de 1929 periódico El
Pacífico |
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Nota. Imagen recuperada de las fuentes hemerográficas del Archivo Regional de Tacna. |
Como se deprende de los titulares, El
Pacífico, pese a la caracterización que se describe en base a su
orientación y creación, muestra o enfatiza el titular que fraterniza las posiciones
entre los países, dejando al final aquellas noticias que podrían ser contrarias
al discurso de solución al conflicto. En el desarrollo de la información se
menciona que:
Santiago 21. – En conformidad con lo que había
comunicado referente a que hoy jueves se daría a conocer el texto definitivo
del acuerdo a que ha llegado, las Cancillerías de Chile y del Perú, sobre el
litigio de Tacna y Arica, en El Mercurio de hoy se publica una página especial
dedicada a anunciar que el problema del Pacífico ha quedado terminado… (Como se
esperaba, hoy se publicó en Santiago el texto d acuerdo a que habrian llegado Chile y el Perú para la solución del
problema de Tacna y Arica, 1929).
Más adelante sobre las cuestiones en
previo al tratado chileno peruano, se esperaba que el 25 de junio, se llevase a
cabo una reunión entre los senadores y diputados del Perú, encomendado por el
ministro chileno de relaciones exteriores Señor Pedro Rada y Gamio, se
especulaba que el tratado podría ser firmado antes de fines de semana. Pero el
día viernes 28 de junio, el titular indicaba que “en Lima se espera que el
tratado quede ratificado dentro de dos o tres días” (En Lima se espera que el
Tratado quede ratificado dentro de dos o tres días, 1929) además se indicaba
que ambos senados estaban en discusión sobre el tratado chileno-peruano. “con
solo dos votos en contra se aprobó ayer en el senado de chile el tratado
chileno-peruano” (Con solo dos votos en contra se aprobó ayer en el Senado de
Chile el Tratado chileno-peruano, 1929).
El viernes 5 de julio El Pacífico
comunica sobre la situación del tratado chileno-peruano que ha sido aprobado en
la camarada de diputados con 71 votos a favor y 8 en contra, un día antes El
Pacífico comunicaba sobre la aprobación del congreso peruano. El sábado 6
de julio, “el senado chileno comunicó oficialmente a la cancillería que la
aprobación del Congreso Nacional del Tratado Chileno-peruano” El Pacífico
comunica sobre la situación del tratado chileno-peruano, viernes 12 de julio,
sobre el cual se esperaba las ratificaciones en ambos países, así pues, nos
indican que el 28 de julio se efectuaría un canje de los mismos en una
ceremonia organizada por el presidente Ibáñez y el Canciller Ríos Gallardo,
todo ello luego de un banquete que tendrá lugar en el salón rojo de la moneda
(El veintiocho de julio se efectuará el canje de las ratificaciones del Tratado
chileno-peruano, 1929).
El martes 16 se estaría llevando a
cabo el envío del documento que será canjeado en Santiago de chile el día de la
independencia peruana, dicho documento irá a bordo del “Santa Bárbara” en manos
del señor Cúneo Harrison. El sábado se presume que estaría ya en aguas chilenas
dicho navío, en donde abordase el coronel Rafael Pizarro Argandoña, luego de
haber sufrido malestar debido a su enfermedad.
Estos extractos muestran que el diario
fue comunicando amenamente las acciones diplomáticas, al respecto, tenemos que
abordar un suplemento especial de mayor importancia denominado “Júbilo
Universal”.
Imagen 3 Portada del diario El Pacífico de fecha 19 de mayo de 1929 |
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Nota. Imagen recuperada de las fuentes hemerográficas del Archivo Regional de Tacna. |
Este número de periódico es el 8547,
de fecha 19 de mayo de 1929, que publica, no sabemos si a modo de editorial o a
modo de reproducción de una misiva, un texto que denota gran felicidad en torno
a la resolución del Conflicto Del Pacífico.
“(…) En
todas las capitales de América se ha exteriorizado el júbilo público en forma
altamente halagadora para el orgullo nacional de los dos pueblos afectados, a
quienes se les reconoce un elevadísimo espíritu americanista. Chile y el Perú
pasan a ocupar en América un lugar prominente, y han adquirido de hecho el
noble título de mantenedores efectivos de los ideales de paz y confraternidad.
Y este regocijo continental ha culminado en Santiago y Lima, capitales en las
cuales se han echado a vuelo las campanas y en donde las multitudes han
aclamado a los gobernantes y negociadores del feliz arreglo (…)” (La buena
nueva, 1929).
Es posible que el periódico haya
elegido enfocarse en la celebración de la paz y la confraternidad para promover
una imagen positiva de Chile y minimizar la atención sobre el conflicto
anterior, además casi al final del texto se menciona que:
“Y
aquí, tocamos un aspecto del problema que tiene relación directa con los
sentimientos de nosotros los tacneños. Sería absurdo afirmar que no sentimos en
el fondo, muy en el fondo de nuestras almas, un dejo de amargura. Nos duele, es
claro que nos duele, ver aproximarse el momento en que nuestro pabellón
flameará en Tacna, no con el orgullo soberano con que hasta hoy lo vimos
ondear, sino con el carácter de bandera amiga. Nos duele, es claro que nos
duele, escuchar en las escuelas los últimos acordes de nuestro himno nacional.
¡Nos duele! Hombres somos, al fin y al cabo, y no podemos exigir a nuestra
humana debilidad que no se estremezca ante el dolor. Aunque sepamos vencerlo, y
aunque sigamos el camino de acatamiento, sin limitaciones, que nuestro
patriotismo nos señala. Sabemos que el problema que se ha resuelto, no era un
problema regional, sino que un problema nacional; y todos, absolutamente todos
los chilenos de Tacna, no vacilamos en ofrendar a la Patria nuestra pena de
hoy, así como nunca hubiéramos vacilado si ella nos hubiera exigido nuestra
hacienda, nuestra vida y hasta nuestra honra. ¡Sin embargo.........! repitamos una vez más que nos sentíamos
estrechamente vinculados a estos valles, y a estos montés, y a estas arenas va
estos recuerdos de Tacna!” (La buena nueva, 1929).
Además, reivindica un valor de
nacionalización ideológicamente chilena, con algunos matices de mencionar la
presencia de chilenos que consideran suyo el valle de Tacna y que además
consideran a estos valles como meramente chilenos arraigados a símbolos
patrios, además de culminar en un sentimiento de nostalgia. Otro punto a
considerar es que se menciona que otro objetivo es lograr el comercio y la
industria, más una inserción de los dos espacios al sistema internacional que
se había gestado.
Imagen 4 Con fecha 24 de agosto de 1929, el periódico
El Pacífico anuncia su salida de la ciudad de Tacna con motivo de
su reincorporación |
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Nota.
Imagen recuperada de las fuentes hemerográficas del
Archivo Regional de Tacna. |
Casi al finalizar esta búsqueda del
periódico en el año 1929, este diario se despide en dos oportunidades el 24 y
el 25 de agosto “Como estaba anunciado, durante la semana que se inicia nuestro
diario dejará de publicarse en la forma acostumbrada con motivo del traslado de
sus instalaciones al puerto de Arica.” (El Pacífico, 1929)
El 8 de setiembre de 1929 en Arica, se
publica el periódico con una importante portada, “Noticias de Quince Días” que
narrará lo suscitado en la ciudad de Tacna en el punto final del acto de
reincorporación, dictaminará hechos sociales, diplomáticos, en consistencia
alto material histórico.
CONCLUSIONES
Las fuentes hemerográficas pueden tener un sesgo ideológico, su valor
radica en la multiplicidad de subjetividades que aportan. La prensa no solo
busca objetividad, sino que, constituye un conocimiento valioso en la
construcción histórica, nos permite, gracias a sus características, sumergirnos
en las coyunturas.
Durante la Guerra
del Pacífico, los periódicos emergen como actores clave en lo que podríamos
llamar una "guerra impresa". Lo periódicos en esta época motivaban el
patriotismo y organizaban valores, influyendo profundamente en las narrativas
nacionales. Resaltamos el papel vital de los corresponsales de guerra y
diplomáticos en este complejo entramado histórico. El periódico es un actor
político.
El periódico, al
fraternizar posiciones entre Perú y Chile, logra crear una narrativa que celebra
la paz, pero demarca un ligero aire del triunfo chilenizador
enraizado a un sentimiento por Tacna (Chile). La despedida simbólica del
periódico marca el cierre de un capítulo en esta compleja historia, y vislumbra
inclusive una baja expresión crítica al proceso, la no presencia de más
editoriales o de debates con otros diarios, sino es que exponer líos de otros
diarios o personajes nos devela el término de sus labores como “Órgano de los
intereses de Chile”, al menos de ese Chile nacionalizador del conflicto.
Por último, este
año particular, y los discursos que se han esbozado desde el periódico, nos
ayudan a comprender como se han ido tejiendo las futuras características para
la frontera tacno-ariqueña, coopera en gran medida al
entendimiento de las interacciones y dinámicas de los grupos sociales, pues,
aunque no hallamos puntualizado en esos aspectos que se dan en los contenidos
del periódico, están expresos en el discurso que este engloba hasta el final de
sus días en Tacna y retorno en Arica.
Agradecimientos
Agradezco
profundamente al Archivo Regional de Tacna, en especial a la Lic. Laura Salas
Gómez, por permitirme el estudio de significante archivo para Tacna. Al Archivo
Vicente Dagnino que en su oportunidad fueron amables por proporcionar la
información en visualización de microfilms, así como la orientación sobre el
periódico estudiado.
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[1] Estudiante
de pregrado en Derecho por la Universidad Privada de Tacna y en Historia por la
Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann. Ex -
becario en Historia por la UDeG (México) y UTA
(Chile). Miembro del Grupo de Investigación Interdisciplinaria en Gestión de la
Eduacación de Calidad - ESPG UPT y Miembro del
Semillero en Invetigación en Historia y Geopolítica
de los Movimientos Sociales en el Sur Andino. a_achurab@unjbg.edu.pe