Veritas Et Scientia
Vol. 10. N° 1
Enero - junio del 2021
ISSN Edición Online: 2617-0639
DOI: https://doi.org/10.47796/ves.v10i1.463
ARTÍCULO ORIGINAL
PARA HOY
Y PARA EL FUTURO: EL PROYECTO YO TAMBIÉN ESTUVE. CUANDO LA MEMORIA SE HACE
PRESENTE.
FOR
TODAY AND FOR THE FUTURE: THE PROJECT I WAS THERE TOO. WHEN MEMORY BECOMES
PRESENT
Ximena
Orellana Román [1]
https://orcid.org/0000-0002-4206-1843
Mirtha
Andrea Rivera Moreno [2]
https://orcid.org/0000-0003-0439-7407
Marcel
Aranda Pericó
[3]
https://orcid.org/0000-0002-7059-1796
marcelaranda@colegiopiamarta.cl
Marilyn
Alejandra Lizama Muñoz [4]
https://orcid.org/0000-0002-3178-8035
Aceptado: 30/04/2021
Publicado
online:30/05/2021
RESUMEN
En el presente artículo se
sistematiza el ejercicio de construcción de memoria del presente, como una
práctica de subjetivación exitosa impulsada por el proyecto “Yo también
estuve”, que se centra – desde noviembre de 2019- en la recopilación, registro,
resguardo y divulgación de relatos de la rebelión que se inicia en Chile en
octubre de 2019. Dicha experiencia se promueve a la luz del deseo de reconocer
la diversidad de voces de actores participantes en acciones de manifestación y
protesta que traspasan las fronteras del ámbito privado para ocupar el espacio
público. El ejercicio analítico que se
consigna tiene como propósito dar cuenta del proceso realizado, los mecanismos
de funcionamiento y colaboración incentivados por el proyecto; los métodos de
análisis diseñados para la sistematización de la información y, asimismo,
proponer algunos puntos de debate en torno a los procesos de subjetivación
individual y colectivos, con el fin de dejar un rastro en la memoria y en la
historia de estas vivencias de lucha.
Palabras clave: Memoria, procesos de subjetivación,
relatos de vida, movilización social.
ABSTRACT
This article systematises the exercise of
constructing memory of the present, as a successful practice of subjectivation
promoted by the project "I was there too", which focuses - since
November 2019 - on the collection, recording, safeguarding and dissemination of
accounts of the rebellion that begins in Chile in October 2019. This experience
is promoted in the light of the desire to recognise the diversity of voices of
actors participating in actions of demonstration and protest that go beyond the
boundaries of the private sphere to occupy the public space. The purpose of this analytical exercise is to
give an account of the process carried out, the mechanisms of operation and
collaboration encouraged by the project, the methods of analysis designed for
the systematisation of the information, and also to propose some points for
debate on the processes of individual and collective subjectivation, with the
aim of leaving a trace in the memory and in the history of these experiences of
struggle.
Keywords: Memory, processes of subjectivation, life stories, social
mobilisation.
INTRODUCCIÓN
En el marco de la rebelión de octubre del 2019
en Chile, un número muy importante de la población chilena, en diversas
ciudades del país, se integra al conjunto de movilizaciones, participando de
diversas expresiones de protesta, sumándose a cacerolazos, marchas, barricadas,
asambleas populares y territoriales, copamiento de calles y el espacio
público. Las demandas que el movimiento
levanta el 18 de octubre, comienzan a representar al conjunto de la sociedad:
las consecuencias de la desigualdad, la pésima distribución de las riquezas,
las denuncias del poder estudiantil monopólico, un sistema de salud insuficiente,
pensiones que ofrece únicamente precariedad a adultos mayores, una educación
que excluye entre ricos y pobres, etc.
Así, logran unificarse en el conjunto,
las demandas que apuntan a todas aquellas medidas implementadas desde la junta
militar facista hasta hoy.
Algunos análisis sociológicos proponen
que este proceso explosivo de movilizaciones y expresiones de lucha representa
un momento donde se producen transformaciones subjetivas, en el que se
comienzan a romper las denominadas “subjetividades dominantes del capitalismo
contemporáneo” y/o subjetividades neoliberales chilenas (Fardella y Soto, 2019:
Araujo, 2019). Estas subjetividades que se trizan y resquebrajan se habían
configurado – por estos últimos 30 años al menos - bajo conceptos de
autorrealización, basados en el esfuerzo individual y que contenía además un
estímulo o premio que significaba la posibilidad de alcanzar el goce del consumo.
La puesta en escena de este hastío
individual sería entonces una oportunidad para poner en colectivo la necesidad
de conversar, contar los hechos, relatar lo vivido y hacerse parte de una u
otra forma de la historia. Las redes sociales se inundan de denuncias de abuso
policial como militar. En paralelo y espontáneamente, surgen relatos e
historias que marcan las diferentes visiones frente al contexto que dio origen
a la indignación que moviliza de diversas maneras a la población chilena.
A partir de este deseo de compartir lo
ocurrido surgen numerosos proyectos de rescate -lo que llamaremos en este
artículo memoria presente-,
vivenciado por una diversidad de personas, actores o testigos de la revuelta,
apuntando al no olvido, exigiendo un lugar en el espacio de difusión y la
posibilidad de ser parte de la historia -una historia que les ha sido negada-
como señala Wieviorka (2012). Este rescate ha sido impulsado por diversos
grupos de personas y/o agrupaciones, algunas vinculadas a alguna institución,
otras desde la prensa alternativa, pero todas con el interés de que dichos
relatos puedan constituir la historia popular chilena.
Entre los ejercicios de construcción
de memoria presente, a través de relatos en primera persona, se pueden enumerar
varios proyectos paralelos y con énfasis diferentes, como es el caso de:
Añañuca Memoria[5], Yo también estuve[6], Primera Línea Prensa, la
iniciativa #relatosdelarevuelta[7], Revolución en letras[8], Proyecto AMA (Archivo de
memoria Audiovisual)[9] y Memoria Dibujada[10].
Este artículo se enfocará en dichas
prácticas de memoria presente, vinculando este deseo por relatar y compartir
las vivencias que han surgido a partir de las protestas de octubre de 2019, con
un proceso de subjetivación exitoso, de acuerdo con los planteamientos
propuestos por Wieviorka, quien además releva la importancia de las redes
sociales para la construcción de estos espacios de subjetivación, tal como lo
propone en una entrevista en su paso por Chile en mayo de 2018:
“Las redes sociales no tienen el mismo
nivel de comunicación que de acción. Por ello, los movimientos sociales más
importantes actualmente son los que combinan al mismo tiempo redes sociales y
capacidad de conocerse físicamente. Como el movimiento antiarmas de los jóvenes
estadounidenses o el movimiento feminista.”[11]
Es así que estas iniciativas digitales
se fundan en la comunicación, en este hilo que vincula las vivencias personales
con diferentes espacios y contextos de protesta.
Figura 1
Valentina Mora @ayewkiawun_ (Instagram)
El presente artículo se basa en el
trabajo independiente que se lleva a cabo desde principios de noviembre de 2019
en Chile. Se trata del proyecto de recopilación de relatos de la rebelión
popular chilena llamado “Yo también estuve”, que surge como iniciativa de un
equipo de profesores y profesoras de Historia y Lenguaje[12],
dos periodistas y cuatro profesionales dedicados a la traducción, quienes suman
sus fuerzas para implementar un ejercicio documental, de recopilación y
difusión de relatos de la rebelión chilena a través de las redes.
La motivación que dio origen a “Yo
también Estuve” fue el deseo de recoger las voces que estaban viendo o siendo
partícipes de diferentes expresiones de protesta desde el 18 de octubre en
Chile. El foco principal fue puesto en los relatos vivenciales de la rebelión
popular, escritos en primera persona, centrando especial atención en acciones
de resguardo y difusión de la memoria.
“Yo también Estuve” comenzó su
funcionamiento en redes sociales, asociándose con la red de información y
medios independientes que se gestó al margen de los medios de prensa oficial.
Al pasar los días, se logra establecer lazos con organizaciones de distinto
tipo, colectivos, asambleas barriales y territoriales; además de un conjunto de
activistas y participantes de las diversas manifestaciones.
En paralelo, se fue urdiendo un
trabajo colaborativo con fotógrafos y fotógrafas independientes que retratan
las luchas en las calles. Estos y estas profesionales ofrecen la posibilidad de
utilizar sus fotografías con el objeto de dar contexto a las situaciones
descritas por las y los participantes[13].
Luego de casi un año de trabajo
sistemático, la iniciativa lleva más de 200 relatos de personas que
voluntariamente han entregado sus vivencias en forma escrita. Hoy el equipo se
encuentra en proceso de difusión de un libro llamado “Voces en rebeldía. 100 relatos de la revuelta iniciada en octubre de
2019”, editado a finales del 2020.
Procesos
de subjetivación en los relatos del octubre chileno
Para ubicarse en los ejercicios y
prácticas actuales de construcción de memoria, es relevante situar el análisis
desde la comprensión del sujeto propuesta por Touraine (2016) quien plantea:
“El sujeto es más fuerte y más consciente de
sí mismo cuando se defiende contra ataques que amenazan su autonomía y su
capacidad de aprehender como sujeto integrado, o al menos luchando por serlo,
para reconocerse y ser reconocido como tal.” (p. 75)
A partir de ahí es posible comprender
que un sujeto se encuentra en actividad en el contexto social en el que se
desenvuelve. En estas interacciones con el medio existe la posibilidad de que
se provoque la subjetivación y la desubjetivación.
La subjetivación está relacionada con
el reconocerse a uno mismo/a como alguien que tiene derechos, una afirmación
individual y que además contiene una idea de un reconocimiento de un yo en un
espacio colectivo. En cambio, la desubjetivación se manifiesta - entre otras
formas- en un conjunto de conductas de perversión y debilitamiento de la acción
conjunta o colectiva.
La idea de memoria entonces opera
fuertemente vinculada con la sujetivación, y de ahí la utilidad para analizar
el fenómeno que se está exponiendo.
Aunque suene de perogrullo, es
importante señalar en el caso chileno que quienes deciden sumarse de diversas
maneras a las protestas de la rebelión popular apelan a un conjunto de
principios universalistas, asociados a las numerosas contradicciones sociales, políticas
y económicas (pensiones, salud, trabajo, educación, demandas de género,
vivienda, etc.). Estas manifestaciones se vinculan a una demanda decidora que
se instala en el discurso habitual: “Hasta que la dignidad se haga costumbre” y
que en su esencia deja de manifiesto un componente fundamental de la
subjetivación.
Así Touraine (2016) postula que se
instala en los sujetos la capacidad y el derecho de ser creadores y, a partir
de esta, la posibilidad de transformación de la realidad. Este momento de creación
y capacidad de transformación de cada cual es la que denomina subjetivación, la que se pone en
ejercicio a partir de los actos asociados a las exigencias de libertad e
igualdad.
Wieviorka (2012) es más específico y
preciso cuando refiere el concepto de sujeto, señalando que la capacidad de ser
actores se constituye a partir de la capacidad de reflexionar, de construir su
existencia y dominar la experiencia que les toca vivir, pero advierte que, para
que se logre este proceso de construcción, es relevante tener acceso a los
recursos necesarios. Si se cumple la combinación de estos factores se producirá
la realización del sujeto. En este marco, los procesos de subjetivación
refieren entonces, a aquellos que operan transformando la conciencia de los actores,
lo que les habilita a la toma de decisiones y el pasar a la acción.
En el siguiente ejemplo es posible
observar cómo opera la transformación de un sujeto que construye su existencia
y domina la experiencia que le toca vivir, un sujeto que se forma en la acción,
pues decide tomar partido por enfrentarse a las fuerzas represivas que están
presentes en la Plaza Dignidad. El caso corresponde a un relato anónimo que fue
recopilado por el proyecto Yo también
Estuve antes mencionado:
“Ese
día llegué como cualquiera a plaza Dignidad[14].
Había demasiados pacos[15],
tantos, que me hicieron dudar si encapucharme[16]
o no. Tenía miedo, había como 3 guanacos[17],
4 o 5 zorrillos[18]
y más de 5 furgones de FFEE[19].
Dejé el miedo atrás y me puse mi capucha. Iba solo con mi suerte y nada más…”[20].
Pero, ¿qué lo diferencia de un
antisujeto y de un no sujeto? Para aclarar esta interrogante Wieviorka propone
que los no sujetos corresponden a
aquellos actores que no son responsables de lo que hacen, pues actúan por
órdenes; mientras que los anti-sujetos son aquellas personas que conducen a la
destrucción y la negación deliberada del prójimo.
El ejercicio común que se realiza en
la prensa oficial es catalogar de antisujeto a un joven como el del relato
citado. Si se pone atención a un nuevo
punto de interés:
“Yo soy cada
persona que no puede ir a marchar, soy cada persona que se queda callada
asumiendo la derrota, soy cada persona que espera que esto cambie... Soy la voz
de los que no tienen, y de los que la callan, soy el agua con bicarbonato que
te alivia de una lacrimógena, soy la música en contra de las armas, soy la
lucha de todos los chilenos, y seguiré luchando de esa forma hasta el final...
Soy primera línea”.
En esta voz hay un sentido de misión,
de ser parte de un colectivo, que no se enfrenta haciendo uso de la violencia
por puro gusto, no hay violencia por violencia.
En paralelo, es posible distinguir en
los relatos que se comparten en los proyectos enunciados más arriba un conjunto
diferenciado y diverso de procesos de subjetivación y que dan cuenta de las
acciones, por medio de las cuales se van transformando la conciencia de los
actores. En ellos hay un conjunto de decisiones y reflexiones que encaminan a
la acción. Tal es el caso de este relato del 18 de noviembre de 2019,
compartido por una mujer de unos 35 años: “Hoy,
después de mucho tiempo voy a una marcha masiva. Hoy se cumple un mes del
despertar de Chile. Hoy, dejé a mi hijo pequeño en casa para poder marchar
junto a quienes sigo reconociendo como mi pueblo…”.
Sus palabras dan cuenta de que decide
salir a la calle para fundirse con muchas personas iguales con las que se
identifica y con quienes elabora acciones conjuntas: “…Ahí está! en la calle una vez más, dándonos lecciones de cómo
construir vida en comunidad…”. La voz representa la persona como actor/a,
por lo tanto, pasa a formar parte de una acción colectiva, vinculando las
vivencias propias y familiares a las injusticias de muchos y muchas:
“Hoy volví a
estar donde debía, por mi mami que en dos años recibirá una pensión de miseria,
por mi hijo y su derecho a una salud de calidad y garantizada, (...) Y por esta
generación (...) porque no tenga que endeudarse media vida para estudiar y
después cargar con la vejez de sus padres”[21]
El esfuerzo de este artículo se ha
centrado en situar el ejercicio de construcción de memoria del presente como
una práctica de subjetivación que se instala a partir de la necesidad o la
intencionalidad de transformación de la realidad. Se concibe la memoria como un
componente de la acción colectiva, un conjunto de reivindicaciones que demanda
su reconocimiento y que contiene conexiones entre el pasado y el presente (Wieviorka,
2012), que releva la continuidad de un conjunto de desigualdades,
discriminaciones, injusticias, todas ellas ancladas en los problemas
estructurales de la sociedad que no se han resuelto.
En el artículo se utiliza el concepto
de memoria del presente, precisamente aludiendo a la idea de carga memorial de la acción colectiva
que contiene el conjunto de reivindicaciones que se se producen a partir de la
rebelión iniciada en Chile en octubre de 2019 y al mismo tiempo se funde con la
subjetividad de los actores. Esto es precisamente lo que expresan los
narradores, participantes directos del proyecto “Yo también estuve”, quienes de
alguna manera demandan, a partir de sus subjetividades, exigir justicia y
convertirse en parte protagónica de la historia de hoy.
El ejercicio analítico que se consigna
entonces tiene como propósito dar cuenta del trabajo sistemático realizado,
desde hace más de un año, para levantar y sostener este proyecto independiente,
pero también proponer algunos puntos de debate en torno a los procesos de
subjetivación individual y colectivos que se han desarrollado al alero del
presente ejercicio de investigación, recopilación y registro de la memoria del
hoy.
METODOLOGÍA
El proyecto digital de recopilación de relatos
e historias de lucha “Yo también estuve” surge como una iniciativa de un
colectivo de profesionales de la educación, periodistas y traductores, que
sienten la necesidad de contribuir al ejercicio de construcción de memoria
activa luego del inicio de las intensas jornadas de protesta, después del 18 de
octubre en Chile. Surge entonces a la luz del deseo de contribuir en el proceso
de dejar registro de los hechos y sensaciones, desde la perspectiva propia de
los actores, sin interpretaciones, ni análisis.
El mecanismo de recogida de los
relatos se ha realizado de manera pública estableciendo canales de comunicación
abierta con narradores y narradoras. Las personas escriben sus testimonios y
los envían por correo, a través de un formulario de encuestas y/o por
mensajería interna en las redes sociales. Es un ejercicio voluntario,
individual y que se asocia a una fecha y un lugar determinado en la que ocurre
el hecho o situación que se describe. Asimismo, se trabaja en la consigna dos
cuestiones que van en paralelo. Por una parte, el reconocimiento de la autoría
individual de la vivencia y, por otra, la protección de la fuente que permite
no revelar la identidad de quien expone.
Estas dos cuestiones se han ido
combinando de tal forma que ha ido en aumento el nivel de confianza como la
participación de narradores y narradoras en la exposición de situaciones que
representan experiencias de violencia del Estado, violaciones de los derechos
humanos, deseos de rebelión o en otros casos situaciones más cotidianas
relacionadas con la pérdida del miedo de las personas a hacerse parte activa
del movimiento.
El método utilizado para el proceso de
recopilación de relatos se asocia con el conocido sistema “bola de nieve o
cadena”, pues emergen nuevas historias o escritos de manera flexible y dinámica,
que va ampliándose de manera regular a partir de la emergencia de
participantes, la diversidad de perspectivas y a medida que el ejercicio de
divulgación se multiplica a través de las redes sociales. Esto en la práctica
ha permitido recopilar -al momento de sistematizar el presente artículo – 200
escritos con diversidad de narradores y narradoras distribuidos en varias
regiones de Chile.
La práctica de recopilación integra un
principio de respeto hacia los escritos de quienes van compartiendo sus vivencias.
A través de un equipo de editores y editoras de textos se realiza un proceso de
edición de estilo. Sin alterar el contenido de los relatos, ni expresiones
populares, ni formas de atribuir al género, trabajan en pulir estos relatos
para los futuros lectores.
En el momento en que este proceso está
terminado se realiza el ejercicio de traducción al inglés. Un equipo de
traductores voluntarios trabaja con el objeto de llevar la historia y vivencias
del Chile actual a personas de habla inglesa.
A continuación, se realiza la
divulgación, a través de las redes sociales. En este espacio los relatos -que
ya han sido enumerados, editados e identificados con el nombre de cada narrador
o narradora, el lugar y la fecha de la situación descrita para situar a las y
los lectores- se acompañan con una
imagen representativa, que es recogida de una base de recursos gráficos
propuestos por fotógrafos. De esta manera se enriquece gráficamente el relato.
Todo este proceso de trabajo con
fuentes directas representa una perspectiva investigativa que se asocia con la
historia oral, la búsqueda y producción de documentos personales, asociados al
acercamiento a la forma en cómo los sujetos sociales dan cuenta de sus propias
experiencias (Aceves, 2008). Se basa en el análisis documental orientado
específicamente a la recogida de relatos de vida en forma escrita, producidos
en primera persona.
En estos relatos no se borra la
subjetividad producida por los sujetos, no se interviene con una estructura o
entrevistas sólo se orienta a la descripción de hechos concretos, vinculados a
un momento y lugar determinados. Esta perspectiva, se acerca a lo que se
describe el campo de la sociología como enfoque biográfico (Bertaux, 1999).
En este sentido la perspectiva
investigativa a la que se adhiere, se contextualiza en la recopilación de
relatos de una diversidad de individuos que no presentan una identidad
homogénea, sino que es posicional y estratégica (Güelman & Borda, 2014),
pues dependerá del momento en que el relato fue escrito, el nivel de
participación de cada narrador o narradora, del lugar y del rol que cumple y,
en este caso, en la situación descrita.
El acercamiento a los métodos
biográficos en la práctica del proyecto “Yo también estuve”, no tiene como
único sentido la recolección de experiencias anecdóticas de la diversidad de
fuentes trabajadas, más bien se orienta a la reconstrucción del contexto social
que da origen a las situaciones vividas y que configura las perspectivas o
esperanzas de cambio que encierran estas memorias del presente.
A la luz de estas perspectivas se
realiza la organización de 169 relatos recopilados y publicados entre noviembre
de 2019 y agosto de 2020, que representan los primeros diez meses de lucha que
se verán reflejado en la edición de un libro, publicado por Ceibo Ediciones.
En esta publicación se propone una
antología de 100 relatos de la rebelión chilena, donde se establecieron
criterios de inclusión-exclusión para la selección de cada texto los que
abordan la representatividad en las categorías acordadas por el equipo, el
valor narrativo de cada testimonio y el nivel de acogida por parte de los y las
lectoras en redes sociales.
RESULTADOS
Un primer ejercicio analítico realizado con
los datos recopilados en el período que se señala en el apartado anterior se
realiza a la luz de la necesidad de organización de los relatos en categorías
para continuar trabajando en diferentes perspectivas de análisis.
En primer lugar, el ejercicio se
concentra en la organización, la inclusión y exclusión de los relatos para la
publicación en formato libro, a partir del ordenamiento de los relatos en
categorías que se proponen en la gráfica organizada a continuación. Se
establece una definición para cada una de las categorías enunciadas,
diferenciando entre ellas varios tipos, personas que cumplen ciertas funciones
en la protesta o manifestaciones de cualquier tipo, lugares de enunciación de
los relatos, roles en la sociedad, las que se operacionalizan a continuación.
Figura 2
Gráfica de elaboración propia
Primera línea: personas que se enfrentan a carabineros para
permitir que los manifestantes se reúnan y protesten, asumen distintas
funciones logísticas y estratégicas desde su posición de avanzada o como
barrera y obstáculo, tienen distintas edades y proceden de diferentes sectores
de la ciudad, hay relatos directamente contados por ellos, pero otros hablan
acerca de su lucha
Brigadistas y salud (brigadistas):
trabajadores y trabajadoras de la salud que atienden a las personas heridas y
que se encuentran apostados en lugares estratégicos, cercanos a los focos de
las protestas. Hay relatos en los que los y las brigadistas son atacados por
carabineros y no se encuentran precisamente cumpliendo su función.
Regiones: distintas ciudades o pueblos en los que se observa
la organización y la lucha de la gente en contextos propios, con su identidad,
sus calles, sus espacios, su lenguaje y sus costumbres.
Género y mujer
(mujeres): manifiestan la visión, la mirada de
mujeres de diferentes edades y procedencias, ya sea como participantes activas
en una situación, o como observadoras y testigos de una realidad, la conciencia
feminista eleva la dignidad de su voz, los problemas de género, las opresiones
del sistema y del modelo que llevan a que lo que hace la mujer lo hace con más
esfuerzo, participar en el espacio público que antes ha sido castrado.
Niños y jóvenes: aparecen niños niñas y adolescentes en
situaciones de denuncia, toma de conciencia, se manifiestan experiencias
escolares de lucha.
Abuelos: relatan o son parte de historias en las que
están en las manifestaciones expresando el reconocimiento hacia los más
jóvenes, a su propia lucha de otros tiempos, a la emoción de ver a un pueblo
luchar por los ancianos y ancianas.
Rebelión: aquellos relatos que se fundan en la toma de
decisión y de participación en forma individual o colectiva desde una sensación
de rabia, ira e indignación.
Plaza Dignidad: la plaza dignidad como
espacio simbólico para la protesta, pueden ser plazas en distintas ciudades.
El pueblo ayuda
al pueblo (Solidaridad): las personas
salen a ayudar a quienes luchan para sostenerlos, o la ayuda surge en el
momento cuando las circunstancias les llevan a tomar una decisión de renuncia
de sí mismos/as y de jugársela por las demás personas.
Fotógrafos y
fotógrafas: cumpliendo su trabajo de denuncia y
registro de situaciones a través de lo visual, presencian o son parte de
situaciones que les sobrepasan y necesitan expresarlo también a través de una
historia contada con palabras.
Represión policial: represión del Estado ejercida por los
distintos organismos de seguridad y orden público.
Cada una de esas categorías
representará un apartado del libro, que se renombrarán en función de un título
de valor narrativo que invite a su lectura. A partir de este ejercicio de
categorización, se realiza una segunda aproximación, que implicó una nueva
lectura detallada de cada texto, con el objeto de desentrañar los conceptos de
construcción de memoria del presente y su relación con los procesos de subjetivación
que resultan un foco analítico principal de este trabajo.
DISCUSIÓN
Lo primero que se necesita relevar es que el
proceso de investigación realizado se ha enfocado en la construcción
sistemática de nuevas fuentes, a partir de la idea de integrar aquellas voces
(Aceves Lozano, 1999) y personas que se consideran habilitadas a construirse
como actores para referirse a la historia. Con este considerando inicial el
proyecto de construcción de la base de datos de la memoria popular, que se
inicia en octubre de 2019, se constituye en un ejercicio que ha sido dinámico,
flexible, y que progresivamente ha ido incluyendo más miradas, nuevas
articulaciones con personas, organizaciones y una creciente masividad en tanto
vive en diálogo constante con el conjunto de aquella diversidad de expresiones
de lucha que se han desenvuelto en Chile en el último año y medio.
Construcción de memoria en
el presente, ¿un componente que aporta a los procesos de subjetivación?
Para situar adecuadamente las prácticas de
construcción de memoria que se han estado discutiendo en estas páginas es
importante retomar uno de los primeros planteamientos que propone Wieviorka
(2018) que refiere a la utilización de las redes sociales como un espacio de
subjetivación. Dicha idea es desarrollada en profundidad por Castells (2012)
descrita en el libro Redes de Indignación
y Esperanza: los movimientos sociales en la era de internet. En él
ejemplifica con los casos de Túnez y Egipto el rol que cumplen las redes
sociales en la conexión de los movimientos sociales y establece que dichos
espacios digitales son facilitadores para superar el temor impuesto por el
poder. Al mismo tiempo señala que estos
espacios resultan difíciles de controlar para los gobiernos y corporaciones.
Ha sido necesario recalcar la
importancia de las redes sociales en el presente apartado, ya que precisamente
el ejercicio de construcción de memoria - que se ha venido implementando- se
vincula fuertemente con las redes sociales, y tal como se señala, no
corresponde únicamente a una experiencia o proyecto de recopilación aislado,
sino al menos con seis proyectos o iniciativas independientes que se han
logrado pesquisar.
Además, si vinculamos lo anterior con
la concepción de memoria propuesta por Wieviorka (2012) establece que es un
elemento de acción cultural, histórica o moral, y que no necesariamente, se
relaciona con una acción social -pensando en el término clásico de la acción
emancipatoria- y se enfoca a partir de personas individuales quienes, tal como
en el ejemplo que se detalla a continuación, irrumpen en el espacio público
para poner en juego un cuestionamiento al relato que se construye a nivel
oficial.
Para dar sentido al planteamiento
anterior resulta de utilidad traer a colación un extracto del siguiente relato
fechado el 21 de noviembre de 2019 y ocurre en el centro de Antofagasta:
“Era un día
normal. Había paro nacional. Preparamos escudos e hicimos un comité de
resguardo para defender a las familias, personas en situación de calle y todo
aquel que se veía expuesto a la violencia de la calle. Todo marchaba bien,
hasta que comenzó la represión (…) Fue tan impactante ver a mis compañeros
arrollados por un sujeto que no sabía diferenciar. Nadie había saqueado su local.
Él tomó la justicia por sus manos, sin medir las consecuencias…La alcaldesa de
Antofagasta avaló su actuar, pero todos los que estuvimos ese día sabemos que
nadie tocó su local”[22].
Esta voz, que en este momento asume el
tono de denunciante, participante y observador del trágico atropello, se opone
al relato construido a nivel oficial, en este caso la alcaldesa de Antofagasta[23] y decide compartirlo para
dejar en alguna parte de la historia registro de estos hechos que podrían haber
sido fatales.
Figura 3
Víctor Romero.
Instagram @victorframess
Ha sido posible corroborar que el
ejercicio de investigación y acción promovido por el proyecto “Yo también
estuve” ha permitido desarrollar procesos de subjetivación exitosos, ya que se
combinan el poder comunicativo de las redes sociales con la acción (Wierkova,
2018) con el deseo y demanda de reconocimiento de diversos actores/as sociales.
Un conjunto numeroso de personas participantes apela a las contradicciones
sociales, políticas y económicas a las que se ven expuestas, proponiendo una
diversidad heterogénea de lugares de enunciación, a través de roles que cumplen
en la sociedad, género y niveles de participación diferenciada en la protesta
social.
El conjunto de voces recopiladas cree
firmemente en la injusticia del olvido, lo que se puede vincular con otro de
los elementos propuestos por Wieviorka quien refiere a la necesidad de reconocimiento de lo vivido, en tanto
esto aportaría a la vida colectiva. Aunque esto, en la concepción del autor, se
refiere específicamente a situaciones asociadas a violaciones de DDHH, se puede
relacionar con las motivaciones que movilizan a las personas que han tomado la
decisión de participar de proyectos como los que se vienen describiendo en el
documento.
En este contexto, también es posible
encontrar los relatos y vivencias de víctimas de violencia de las fuerzas de
orden, de acciones de represión, pero también los hay de esperanza, de ira, de
solidaridad bajo el lema “el pueblo ayuda al pueblo”. Protesta espontánea y organizada,
ampliando así la diversidad de formas en que se representan las memorias
colectivas. De ahí deviene el concepto de carga
memorial de la acción colectiva (Wieviorka, 2012) que representa la
subjetividad de las personas, quienes exigen un espacio posible en la historia,
pues se corresponde con un pasado que les pertenece y que afectó sus vidas. En
paralelo también, dichos ejercicios de construcción de memoria son ejemplos
evidentes de procesos de subjetivación exitosa.
La cuestión entonces será preguntarse,
¿cómo estos ejercicios de memoria toman lugar en el espacio público? En este
caso un espacio público que dialoga con el digital, como su extensión casi
natural, a través de las redes sociales. Allí es donde – cada vez con más
naturalidad - se comparte, se toma el pulso de lo que pasa en la calle como
respuesta y en rebeldía a la negación e invisibilización de sus voces en los
medios de difusión oficial. Asimismo, la memoria producida por estos relatos se
reafirma a sí misma, ayuda a reafirmar a otros y otras, pues construye la
sensación de ser parte de la misma historia, del mismo pasado, sumándose a la
gama de factores que un sujeto toma en cuenta para definir si actúa o no frente
a determinada realidad.
Así como la prensa oficial no reconoce
las posiciones y las voces de los “patipelados” [24]y
no les da validez, es necesario preguntarse ¿a qué campo corresponden estos
relatos?, ¿cuál es la ciencia que estudia este sentir popular?, ¿será terreno
exclusivo de la ciencia política?, ¿tiene algún lugar la historia? En este
punto Wieviorka, establece que el papel de la memoria “…obliga a la historia a
ubicarse dentro de la sociedad, la convoca a la transformación, le prohíbe
pasar por alto la vida cotidiana” (p.11)
CONCLUSIONES
Los casos que se han revisado a través de
estas páginas refieren a procesos de subjetivación exitosa y han sido parte
fundamental en la construcción de lo que
se ha denominado memoria presente, y refiere a la decisión de un conjunto de
personas que en forma individual han decidido compartir sus voces, vivencias y
experiencias de la rebelión popular chilena, traspasando el ámbito privado y
ocupando el espacio público, por medio de las redes sociales, y compartiendo a
la par con otra diversidad de voces individuales.
Continuamente es posible leer en la
calle la siguiente leyenda: “las murallas son los diarios del pueblo”. Esto
porque los medios de difusión masiva se encuentran cooptados por intereses
económicos y por el orden público. En un símil, las redes sociales cumplen un rol
flexible, accesible, masivo y se han convertido en el espacio de expresión de
las ideas de rebelión que no tienen cabida en los canales formales y en los que
no tienen oportunidad en tantos lectores o protagonistas verse representados y
representadas en las historias de otros. Esta memoria presente que se construye
en relación con procesos de un pasado inmediato y nos habla de sucesos que se
están viviendo y que reclaman reconocimiento y un espacio en la historia.
Por otra parte, se ha configurado un
interesante fenómeno: la decisión de entregar el relato, basado en principios
de confianza, y al encontrar en estos proyectos un canal de expresión para
hacerse parte de la historia. Por esto parece fundamental dejar instalada la
interrogante que Wieviorka plantea ¿Cómo hacer que la historia no sea perezosa
a estos testimonios?
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
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subjectivation/dé-subjectivation. Fondation Maison des sciences de l’homme.
Recuperado de https://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00717835
[1] Universidad de Chile. Departamento de Educación
en la Facultad de Humanidades.
[2] Atica Ingeniería SpA Licenciada
en Educación en Castellano. Máster Universitario en Tecnologías de la
Información Comunicación Formación y Educación.
[3] Colegio Piamarta. Licenciado en Letras y Educación. Máster en
Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación.
[4] Universidad De Chile,
Instituto de la Comunicación e imagen. Periodista. Licenciada en Comunicación
Social.
[5] Proyecto Organización feminista que busca
recuperar y visibilizar las memorias de mujeres, que genera una sección de
fanzines de relatos de lucha, https://cutt.ly/rbh3ilw
[6] Proyecto levantado junto a otros/as profesionales de la
educación, las comunicaciones (autores de este artículo) y que se propuso
recopilar relatos de la rebelión popular en Chile contados en primera persona y
que se asocia a fotógraf@s independientes para poner fondo con imagen a esas
historias de la rebelión popular en Chile, ha publicado desde Noviembre de 2019
más de 200 relatos, https://cutt.ly/Xbh3pB0
[7] Un ejemplo de estos es posible de encontrar
en https://bit.ly/3eIh4H9
[8] Se proponen contar al mundo la realidad:https://cutt.ly/1bh3gal
[9] Desarrollado por un equipo de periodistas
asociado a recoger las historias de las personas víctimas de la violencia
policial y militar en Chile, desde octubre de 2019
[10] Es el trabajo de una dibujante que a partir
de relatos que las personas le envían produce dibujos de las situaciones que le
propone la gente https://cutt.ly/Lbh3hLy
[11] Michel Wieviorka, sociólogo francés: “Los
jóvenes de hoy son más pesimistas que los del Mayo del 68”, https://cutt.ly/nbh3tXG , Diario La Tercera, mayo de 2018
[12] Conformado en su equipo de base por Mirtha
Andrea Rivera Moreno, profesora de Castellano y Máster en Tecnologías en
educación y formación; Marcel Aranda profesor de Lenguaje y Máster en
Tecnologías aplicadas a la educación; Ximena Orellana Román, profesora de Historia
y Geografía, Magíster en Educación con mención en Informática educativa y
actualmente estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de
Chile; Marilyn Lizama Muñoz, periodista, Licenciada en Comunicación Social y
gestora cultural y la Periodista que trabaja con el equipo bajo el seudónimo Leonor Kimün.
[13] A la fecha han colaborado más de 50 fotógrafos
y fotógrafas independientes quienes han puesto a disposición bases de
fotografías realizadas en el marco de las protestas callejeras, para seleccionar
desde ahí insumos necesarios para dar contexto y valor visual a la situación
retratada por su narrador o narradora.
[14] Plaza Dignidad se refiere a la antigua Plaza
Italia ubicada en la ciudad de Santiago de Chile. Durante el proceso de
rebelión popular las personas que asisten a actividades de protesta cambian su
nombre y la rebautizan como Plaza Dignidad. Esto, influenció a las personas que
se manifiestan en el resto del país quienes comienzan a renombrar las plazas
donde se organizan las concentraciones y marchas en varias ciudades del país.
Así se multiplican las plazas dignidad en Antofagasta, Concepción, Puerto Montt
entre otras.
[15] Pacos, se refiere a una forma coloquial y
despectiva de nombrar a la policía en Chile.
[16] Encapucharse, refiere a colocarse una capucha
en el rostro de manera de cubrir el rostro y proteger la identidad de la
persona
[17] Guanaco, refiere al carro policial que lanza
agua química para dispersar disturbios. En Chile se denomina guanaco haciendo
alusión al animal del altiplano que escupe a las personas cuando se le acercan.
[18] Zorrillos, refieren a los carros policiales
que lanzan gases.
[19] FFEE, Fuerzas Especiales de carabineros.
[20] Fuente, proyecto Yo también
estuve, relato del 12 de Enero de 2020, Santiago, accesible por el siguiente
enlace: https://cutt.ly/Rbh3z6I
[21] Fuente, proyecto Yo también
estuve, relato del 18 de Noviembre de 2019, Santiago, accesible por el
siguiente enlace: https://cutt.ly/hbh3RHM
[22] Fuente, proyecto Yo también
estuve, relato 129 del 21 de Noviembre de 2019 ocurrido en la ciudad de
Antofagasta, accesible por el siguiente enlace: https://cutt.ly/Jbh3IrX
[23] El relato oficial de la alcaldesa de
Antofagasta, Karen Rojo justificando la acción repudiada por el narrador se
puede pesquisar en el siguiente archivo de prensa: https://cutt.ly/Tbh3Pvh
[24] Patipelados, según la Real Academia de la
Lengua (RAE) m. y f. coloq. Chile. Persona carente de toda clase de recursos.
Se hace referencia a los que no tienen voz en la prensa oficial. https://dle.rae.es/patipelado